En el Camino

Cambio de Paradigma - Lo malo de la tecnología

January 27, 2021 Nicolás Vergara Season 2 Episode 5
En el Camino
Cambio de Paradigma - Lo malo de la tecnología
Show Notes Transcript

Cambio de Paradigma - Lo malo de la tecnología.

El avance y progreso  de la técnica científica y material nos han brindado comodidad y  progreso económico ¿Pero a que costo ? A la cosificación del hombre.  El status quo no muestra lo malo de la tecnología. La inteligencia artificial y la biotecnología  van a arrasar con el ser humano, provocando la automatización y desaparición de millones de empleos.  ¿Cómo podemos prepararnos?
Nos basamos en un vaticinio de Ernesto Sabato, el libro Homo Deus de Yuval Harari y el documental, The Social Dilemma.

(www.enelcaminopodcast.com) (@enelcaminopodcast)

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Derechos y agradecimientos de la música:

Hola amigos de en el camino, Espero que anden bien. La semana pasada, y siempre con la consigna de intentar conocernos mejor,  hablaba de los beneficios de una vida rural, de volver a la aldea, de reencontrarse con lo esencial y ampliar los horizontes. Utilizando sobre todo mi experiencia en el campo francés donde desmitifiqué al arquetipo del campesino ignorante. Conectándolo con nuestras raíces como especie, donde hablaba de la pasión salvaje y desbordante que hace miles de años tenían nuestros antepasados recolectores y cazadores correteando a un Mamut, por ejemplo. No hay nada en la vida urbana de clase media, que se acerque a la excitación que tenía una cuadrilla como esa luego de una caza efectiva.

 

Hablo de aquellos ancestros, no porque debamos volver a ellos, sino para recordar que hay raíces, que como decía Nietzsche:

 

“Es imposible obviar lo que a nuestros antepasados más los hizo feliz”

 

 Esa musiquita encantadora que sentimos cuando entramos al bosque, ese olvido de la razón son miles y miles de años de evolución, que nos indican que ahí la vida tuvo sentido, que valía la pena vivir.

 

Y parto con el querido Ernesto Sabato, porque es un hombre que admiro y adoro. Y con un talento y vivencia que le otorgan una autoridad para hablar del asunto del dominio actual de las ciencias. Sabato fue un hombre que como él dice, llegó a las fronteras del mundo de la ciencia. Becado por el profesor Houssay, premio Nobel de fisiología y medicina el año 47` en el Instituto Curie en París. Ahí con el mencionado doctor fue testigo de la escisión o división del átomo de Uranio, evento decisivo para la creación de la bomba atómica. 

 

En esa época, paralelamente a su vida como científico, Sabato se acercó al surrealismo, al mundo de los mitos y los símbolos.

 

 “Durante ese tiempo de antagonismos, por la mañana me sepultaba entre electrómetros y probetas, y anochecía en los bares, con los delirantes surrealistas” 

 

Sabato luego emigraría a EE.UU para trabajar en el MIT, el Instituto Tecnológico de Massachussets, donde publicó un trabajo sobre rayos cósmicos, el año 1941, mismo año a la entrada de EE.UU en la segunda guerra mundial.  Posterior a esto retorna a Argentina a continuar dando clases de la teoría de la relatividad en la Universidad de la Plata, como convenido en el pacto de su beca. Para luego dejar las ciencias para siempre, y embarcarse en la literatura.

 

¿Pero qué fue lo que aterró tanto a Sabato?

 

Primero, lo que él menciona, la cosificación del hombre. Y que las ciencias iban arrasar con el ser humano. El evento de la bomba atómica lo aterró filosóficamente. Además, en entrevistas habla de que el astrónomo, el hombre de ciencias es un evadido, mira las estrellas porque no puede soportar el peso de la vida terrenal. Tal vez ahí Sabato va demasiado lejos, pero el tipo ya había visto suficiente(en varios países y por extensos periodo de tiempo), y ya sabía lo que no quería ser mirando a sus colegas. Y sobre todo tenía un impulso mayor, un impulso indomable que le permitió escribir clásicos como El túnel, y sobre todo, Sobre Heroes y tumbas, para mi una de las mejores novelas del siglo XX en lengua castellana, sin lugar a dudas.

 

Lo cierto es que creo que el tiempo le ha dado la razón a Sabato, y su miedo era justificado.

 

No voy a ser tan estúpido para negar los avances de la ciencia y la tecnología. Gracias a los antibióticos, que fue un descubrimiento de la ciencia en el siglo XX, la esperanza de vida aumentó en promedio diez años. El hombre llegó a la luna, Internet ha derribado las barreras de información, y hoy con un solo  click nos enteramos de todo. La concentración de la información se ha esparcido, si, es verdad todavía hay grandes centros y canales de televisión con gran influencia y presencia política. Pero estos ya no son monopolios. Las redes sociales, han ayudado a conectar millones de personas con antiguas amistades, crear comunidades, y ventilar las injusticias sin mediadores. 

 

Todos estos inventos han traído progreso económico, y la torta a repartir hoy es muchísimo más grande que antes. Muchísima gente fue levantada de la pobreza, y hoy muere más gente de obesidad y diabetes que de desnutrición. Y la lista sigue y sigue.

 

Pero en este Podcast, en el camino, no somos complacientes, y el nombre del episodio se llama el lado oscuro de la tecnología.

 

Entonces, ¿Porque Sabato vaticinaba la cosificación del ser humano? ¿Es tan terrible esta cosificación? Si tenemos más plata en los bolsillos, trabajamos menos que nuestros abuelos, y nuestra esperanza de vida es mayor ¿Será que nos quejamos porque somos humanos solamente? Y lamentarse es algo inherente a nuestra condición.

 

Primero que todo Sabato se refiere a la cosificación del hombre como el precio pagado por todos este progreso material y científico a velocidad sideral. Hemos comenzado a dominar todo el mundo exterior, la naturaleza y animales, nos acercamos al espacio. Pero estamos más alineados, sobre todo en las grandes ciudades.

 

Según Harari, el historiador israelita, en su libro Homo Deus, explora los desafíos del mañana. El hombre tiene hoy y mañana tres grandes problemas. El primero como vamos a lidiar con la inteligencia artificial, el avance de la biotecnología, y el calentamiento global.

 

El calentamiento global es un problema ya conocido, ha existido activismo, documentales de actores, como Leonardo Di Caprio con su Before the Flood, que han alertado a una buena parte de la población. El crecimiento económico desmesurado, la codicia y querer aumentar el tamaño de la torta de la riqueza nos ha llevado por ejemplo a deforestar sin resguardo, a utilizar la inmensidad del océano pacífico como un gran vertedero, a la extinción de miles de especies. Pareciera que en un futuro cercano vamos a ser nosotros, los animales domesticados, y palomas, ratas, cucarachas y uno que animal salvaje aguantando estoico. Por mucho que irrumpan nuevas Gretha Thunberg rabiosas, estas son rápidamente vilipendiadas y ridiculizadas en redes sociales. El stablishment y su status quo; aun tiene gran poder. Todo se ve muy difícil de afrontar, tendríamos que cambiar paradigmas.

Tendríamos que desacelerar el crecimiento a propósito.

 

Pero, desacelerar la maquinaria en términos reales, es sentenciar a muerte a gente, a quebrar empresas, aumento de desempleo, romper la cadena de pagos, a que gente no puedan pagar la renta, a que no lleguen a fin de mes. Hay algunas teorías más del establishment, que dicen para luchar con el calentamiento global hay que levantar aún más gente de la pobreza, cosa que así puedan involucrarse y comenzar a consumir alimentos más orgánicos, o comer menos embutidos, y carnes procesadas de baja calidad. ¿Como le vas a pedir a una temporera de arroz en Sri Lanka, que consuma productos biológicos, y que boicotee a los productos con aceite de palma, que son más baratos? No es posible, no tiene los recursos para hacer esa decisión relevante en su día a día.

 

Lo que necesitamos es una fuerza colectiva, la cual últimamente ha desaparecido.

 

Pero este problema del calentamiento global pareciera ser el menor de los futuros males según Harari. El avance inminente de la inteligencia artificial va dejar sin trabajo a millones de personas, banqueros, cajeros, abogados, comerciantes, conductores de vehículos, conserjes, y un largo etcétera. Esto ya se vivió en los años 80`con el gobierno de Margaret Thatcher, y hubo protestas y revuelo debido a que la automatización dejará a muchos operarios de fábricas sin trabajo por robots. Los sindicatos hicieron la guerra, pero a la larga esta gente encontró trabajos como guardias, cajeros, taxistas, etc. Y la economía fue más productiva.

 

Hoy el riesgo es que los mismos reemplazados no puedan encontrar trabajo en otras áreas.

¿Por qué? Por el famoso algoritmo. Los algoritmos, no son más que un conjunto metódico de pasos que pueden emplearse para hacer cálculos, resolver problemas y alcanzar decisiones. 

 

Cuando un chimpancé ve una banana, en un árbol, que da sombra a un león durmiendo. El chimpancé debe tomar la decisión de intentar coger la banana, o partir. En esas milésimas de segundo, el chimpancé calcula la distancia, el hambre, si el león duerme o dormita, la cantidad de bananas, y otros parámetros antes de ir a por la comida o no. No es que el chimpancé se ponga a calcular todo esto conscientemente, esto funciona en su biología, que gatilla en un impulso que lo envia a buscar las bananas o huir. Esa toma de decisión, es un algoritmo.

 

Volviendo a nuestro egoísta reino humano, los algoritmos artificiales que hemos creado están alcanzando y superando la inteligencia humana. Muy pronto va haber una máquina, que pueda aconsejarte mejor cualquier vendedor que blue jeans te puedan quedar mejor con tus zapatillas, o qué vino acompañar con tu plato de comida, mucho mejor que cualquier vendedor.

 

Si no me crees, entra a Facebook o Youtube. Para mi entrar a Youtube es entrar a una dimensión de tentaciones, me digo, ok, voy a ver un solo video, uno solo, y luego voy a seguir haciendo lo que debo hacer. Y booom! Entro en trance y soy absorbido en este mundo virtual, que me sugiere videos de fútbol, cocina, filosofía, viajes, etc. El algoritmo de Youtube, que es la red social que más utilizo, me conoce absurdamente bien. Me conoce mejor de lo que me conozco a mi mismo algunas veces. Y luego, en vez de tres minutos, fui inducido por 1 hora.

 

Tristan Harris, ex diseñador ético de Google,  informático de Sillicon Valley y uno de los actores principales del documental The Social Dilemma, el cual se los recomiendo a todos, decía que cerca de dos tercios de los videos que vemos en Youtube son sugeridos, no son elección nuestra, sino del algoritmo. Es terrorífico, cómo nos manipulan, o mejor dicho como nos conoce Youtube.

 

Así es como nos volvemos predecibles, yo sé que el Facebook al que tengo acceso yo, va ser totalmente distinto al de un amigo de derecha o de izquierda más revolucionaria. ¿Quién no ha visto en grupos de whatsapp como te comparten artículos de prensa sobre tal tema? Porque el algoritmo sabe que ellos van a clickear ahí, y yo no. No solo nos polarizamos, sino que casi ni hablamos el mismo idioma. Nuestras experiencias en internet son totalmente distintas.

 

Lo peor es para los niños, yo tengo ya hace bastante más de 30 años, y tuve infancia y juventud no influenciados por redes sociales, pero una niña de 10 años hoy con un celular, puede ser victima del bullying más despiadado en Instagram, las expectativas de belleza de estos niños es altísima, y al compararla con sus realidades, en una edad así de influenciable como esta, es catastrófico. No es de extrañar entonces que el suicidio infantil y de adolescentes haya escalado sideralmente en los últimos años. Da miedo traer a un niño a este tipo de jungla, donde uno como padre no sabe como preparar a su hijo.

 

Es por eso, que la pregunta que nos hemos venido haciendo desde el principio del Podcast, conócete mejor a ti mismo, es tan vital. Más que nunca. Piensas que eres libre, que estás sujeto al libre albedrío, pero no eliges los artículos que lees en Facebook, los videos que ves en Youtube, y un largo etcétera.

 

Me vas a decir, baaa, pero que problema hay en que este algoritmo me guíe de la mano y me muestre lo que me guste. El problema es que se hace con esa información.

 

Porque actualmente las empresas pagan en publicidad por esta información. Harari cuenta un ejemplo hipotetico, pero posible, que el siendo gay, Coca Cola imaginemos tiene toda su informacion y sabe que el es homosexual, y en Youtube le va a lanzar una publicidad con un hombre torso desnudo bebiendo la bebida. En cambio, Pepsi, que no posee la información va enviar un publicidad de una chica en bikini en la playa.

Cuando nuestro amigo Harari, se enfrente en las góndolas con la decisión de que elegir, inconscientemente va ir por la Coca Cola. El piensa que está ejerciendo su libre albedrío, que el consumidor siempre tiene la razón. Pero no.

 

El problema es que nuestra sociedad está basada en el liberalismo. Después del siglo XX, cayó el nacional socialismo o nazismo, el comunismo, y solo quedó parado el liberalismo, fuerte y pujante como el gran vencedor. Es el liberalismo que nos dice que no te preocupes, sigue tus sueños, tu corazón conoce te mejor, eso en lo personal, el cliente siempre tiene la razón, en la esfera económica, la belleza está en los ojos del que contempla, en el arte. Todas promesas del liberalismo, que lo han hecho vencedor y hegemónico como filosofía.

 

Sin embargo, ¿qué va pasar cuando está inteligencia artificial se fusione con el avance de la biotecnología?

 

Harari aquí es devastador, y es la parte del libro que más aterra. Es cuando dejamos de ser humanos, y pasamos a ser Homo Deus. 

 

Hace poco Angelina Jolie, la actriz fue aplaudida por todo el mundo al realizarse unos exámenes médicos que arrojaron un potencial cáncer de mama con una probabilidad de 87%. Angelina tenía antecedentes familiares de esta enfermedad por lo cual se realizó estos exámenes,  y ayudado con los resultados decidió realizarse una mastectomía, y extirpar el potencial tejido afectado evitando todo futuro riesgo.

 

Podemos aplaudir a Angelina por su valentía, pero estos exámenes son caros y la operación aún más. Pero lo que importa aquí es el examen, la biotecnología que permitió esta decisión. No hay nada de malo en el caso particular.

 

Pero si vamos a lo general nos encontramos con otra historia. Harari extrapola el uso de la tecnología en este punto y dice que al fin estos súper ricos o multimillonarios podrían utilizar su plata en algo útil como alargar la vida, o mejor dicho en mejorarla.

 

Los avances de la cirugía, empiezan como necesidad. Por ejemplo, tenemos un tabique de nariz un poco chueco que impide una buena respiración en las noches, y dormimos mal. Llega la operación, y no solo aprovechamos de arreglar la falla, sino que nos respingamos la nariz. Empezamos arreglando un problema por necesidad, y terminamos por mejorarlo por estética, por que sí. Lo mismo podría pasar con la ingeniería  genética para mejorar la inteligencia de nuestros hijos.

 

Imagina un médico, el Doctor Perez entrevista a Señor y Señora Ricco, estos han realizado algunos tests de embarazo y  su criatura está en perfecto estado, salvo porque se estima que el coeficiente intelectual del niño sería bajó, casi un estado de retardo. Pero no se preocupen dice el  Doctor Pérez,  con una intervención costosa pero eficaz, se podría aumentar su inteligencia media, pero con una segunda intervención, aún más costosa el niño sería brillante. ¿ Que haría un padre en sano juicio y con recursos? Va por el hijo brillante, y no lo culpo.

 

Qué pasará cuando la medicina regenerativa y la nanotecnología sea tan avanzada, que una persona de 80 años tenga la vitalidad de una persona de 50 años , hoy? 

 

Todo esto suena a buenas noticias. El problema es que como decía Angelina Jolie, con el test de mastectomía, estos tests son muy costosos y la población global no tiene acceso a ellos. La gente con mayores recursos se hará más y más inteligente y fuerte, hasta a un punto que podrían dejar de ser humanos.

 

Esto sumado, a los avances de la inteligencia artificial, donde los algoritmos alcanzarán resultados cognitivos mayores que el ser humano, va crear no solo un gran desempleo, sino un espiral de desigualdad, una brecha nunca antes vista en la historia de la humanidad.

 

Mientras una parte de la población accede a todo tipos de mejoras genéticas, y se acerca a la amortalidad, otra parte de la población entrará en el espiral de la irrelevancia. 

De la inutilidad total. 

 

Por eso lo único que nos puede salvar es encontrar empleos donde seamos mejores que el algoritmo.

 

El liberalismo se vendrá abajo cuando los algoritmos nos conozcan mejor que a nosotros mismos, lo que en realidad no es tan fácil, porque nos conocemos muy poco. La humanidad se dividirá en castas, entre los pobres e irrelevantes, con una vida de nihilismo y sin motivos, seguramente plagadas de playstation, y papas fritas en el sofá, con revueltas y revoluciones. Un ejército de Homer Simpson, pero desempleados.

 

Y otra parte de la población pujante y fuerte, con una caja de herramientas con contenidos como la amortalidad, y el progreso genético. La movilidad social sería una utopía.

 

Desde los comienzos de la historia los dominantes han asignado superioridad subjetiva sobre los dominados. La realeza acusaba diferenciarse hace cientos de años con la plebe, su relato era “nosotros tenemos sangre azul” Ya más tarde, en el siglo pasado “El hombre blanco es más inteligente que el hombre negro, y las minorías. Miren, los puestos de trabajo y dominancia lo evidencian” Decían los racistas del siglo XX.”

 

Sin embargo todas teorías quedaban rápidamente desechadas en los laboratorios, donde ninguna prueba arrojaba que hubiesen diferencias cognitivas entre una raza y otra.

 

Sin embargo, la aristocracia del futuro, si va a ser superior cognitivamente y biológicamente.

 

Las masas serán irrelevantes. Al casi ya no haber guerras, y el uso de maquinarias y drones crece y crece, los soldados no van a ser necesarios y  los obreros y la masa de trabajadores tampoco, todos serán reemplazados por máquinas.

 

Tampoco habrá incentivos para ayudar a esta gente, por el contrario, para países en el subdesarrollo va a ser una mejor inversión mejorar los seres humanos más capaces, y olvidar al resto en la irrelevancia. ¿Para qué gastar recursos y medidas, si son improductivos? Mejor invertir inteligentemente en los que pueden crear riquezas. Será el fin de las masas como un fenómeno poderoso que mueve la aguja.

 

¿Qué podemos hacer entonces? 

 

Primero, lo que he venido diciendo desde el principio de esta temporada. Conocerte mejor, solo así vas a ganarle a los algoritmos en redes sociales al menos por más tiempo. Si eres politizado intentar leer noticias de todos los espectros, no bloquear a los que no piensen como tú, sino, ¿cómo vas a conocer la otra versión de la historia?

 

Sí, lo sé. Cuesta muchísimo, pero se aprende de todos, y así a la larga incitas al algoritmo a que te muestre información diversa. Evitando terminar atrincherado en tu burbuja de gente que piensa solo como tú. Además, cuál es la gracia de vivir así! Esa no es la vida, la gracias está en la diversidad, en ampliar y expandir tus horizonte, tus conocimientos.

 

Segundo punto, es botar a la basura esa filosofía del que fluya hermano, yo vivo el momento viejo, busco la felicidad. Es sexy y vendedora esa filosofía, pero difícilmente te va llevar a tener una vida con propósito, con sentido en el mediano plazo ¿En serio crees que dejando que la ola fluya / que en realidad no son más que las voluntades de otras personas y los azares de la vida vas a encontrar ese nirvana?

 

No, necesitamos responsabilidad. Y esa responsabilidad podría ser por empezar a planificar tu vida y no caer en la irrelevancia. Actualmente, estoy preocupado. Trabajo como vendedor en una boutique premium de vinos, pero al final del día soy solo un vendedor. Una máquina, fácilmente podría reemplazarme en el corto a mediano plazo. Por eso, debemos prepararnos. 

 

Y aquí viene el tercer consejo, tenemos que acostumbrarnos a reinventarnos.  Pero eso ya es material para otro episodio.

 

Todo este episodio está basado en gran parte en Homo Deus de Harari, y el vaticinio de Ernesto Sabato. Claramente podrían equivocarse, y errar en sus teorías y suposiciones. Sin embargo, aconsejo tomarlo seriamente.

 

Lo que sí puedo aconsejar, ya sea para este mundo distópico, o para el mundo que sea es enamorarse del saber. Pulir y profundizar nuestra relación con lo que nos conmueve, lo que nos importa, solo así, se nos revelará que es relevante y que no lo es. Las redes sociales si pueden ser muy positivas si las usas bien, pero si caes en la procrastinación y en ver videos de gatos, y cosas del estilo, estás cayendo en la trampa.

Al final, siempre saber ha sido poder.

 

Estamos llenos de información irrelevante. El poder ayer era el acceso a la información, hoy es obviar lo inutil. ¿En que deberíamos centrarnos?